A los 7 meses y con un peso de 9 kilogramos, esta madre inicialmente no percibió ningún problema con su hijo. Sin embargo, tras ser alertada por otra madre del barrio, cuanto más examinaba los pliegues de las piernas de su bebé, más inquieta se sentía. Después de consultar en un hospital local, la familia se inquietó aún más cuando el médico local sugirió una cirugía. Al final, la familia, buscando varias fuentes en línea, consideró necesario buscar un diagnóstico en un hospital grande y me encontró.
Le eché un vistazo al niño y confirmé que se trataba de pliegues completamente normales, sin problemas. El niño aún es pequeño, parece gordito y los pliegues desaparecerán naturalmente a medida que crezca.
"¿En realidad?"la familia buscó tranquilidad una vez más.
"¡Absolutamente! ¡No hay ningún problema!"Reiteré con confianza mi respuesta. Sólo entonces la familia realmente alivió sus preocupaciones y las sonrisas volvieron a sus rostros mientras felizmente llevaban al bebé a casa.
Casi todas las consultas cara a cara involucran situaciones similares, algunas que surgen de las dudas después de ver videos y otras provocadas por la "preocupación" de los amigos.
Entre los bebés que he examinado, algunos tienen pliegues relacionados con bandas amnióticas que requieren liberación quirúrgica, pero la mayoría tiene pliegues normales y no se ven afectados por las bandas amnióticas. Por lo tanto, padres y amigos, no se preocupen demasiado.